La imagen no deja indiferente a nadie. Casi 40 caballos famélicos que apenas disponían de alimento y cuyos cuerpos apenas tenían aliento para mantenerse de pie. Los agentes medioambientales de Murcia abrieron las puertas de aquel infierno en el verano de 2014. Y la Guardia Civil imputó al propietario y al empleado de una explotación de la población de Mula un delito de maltrato animal.
Todo comenzó como una inspección rutinaria, pero los agentes se encontraron con la inesperada negativa del propietario de las instalaciones a facilitar la entrada al equipo de inspección. Fue así como se solicitó al Juzgado de Instrucción número 2 de Mula un auto de entrada y registro de la explotación equina y, poco después, se llevó a cabo una minuciosa inspección de la finca, según Efe. Durante la inspección, los agentes comprobaron que los 39 caballos -3 sementales, 23 yeguas y 13 potros- se hallaban en estado de delgadez extrema (caquexia). Además, un caballo tenía heridas abiertas, dadas las condiciones sumamente precarias en las que estaba.
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