Ayudados por una producción de amapola en México
que ha alcanzado niveles históricos, los cárteles mexicanos de la droga
se han adueñado en la última década del 50% del mercado de heroína en
Estados Unidos, un negocio que les reditúa potencialmente hasta 13.500 millones de dólares al año, según ha advertido la DEA (Administración Antidrogas de Estados Unidos).
Datos oficiales del Gobierno estadounidense arrojan una cifra
significativa: ante el declive de sus competidores colombianos y la
mayor agresividad de las organizaciones mexicanas, el cartel de Sinaloa,
Guerreros Unidos, Jalisco Nueva Generación y los Zetas, entre otras
agrupaciones, se están embolsando todos los años el equivalente a
206.000 millones de pesos (cerca de 12.500 millones de euros) solo por
la venta y tráfico de heroína. Es casi tanto dinero como el que
gastó México en educación en 2015 y más de tres veces el presupuesto de
la Secretaría de Defensa Nacional.
"Los números más recientes nos decían que el 51% de la heroína que se consume en EEUU venía de Sudamérica, mientras que el otro 45% venía de México. Pero esos datos son de hace dos años. Ahora vemos que se han repartido 50 y 50%",
dijo a Milenio/EL MUNDO Dennis Wichern, agente especial de la DEA a
cargo de la división Chicago, una de las ciudades más golpeadas por el
resurgimiento de esta droga.
Ese 5% no es poca cosa: cada punto porcentual ganado por los cárteles
mexicanos representa miles de millones de dólares en ganancias, de
acuerdo a estadísticas públicas. En su reporte "Lo que Gastan los
Americanos en Drogas Ilegales 2000-2010", dado a conocer en febrero del
año pasado, la Oficina Nacional de Política Antinarcóticos de la Casa
Blanca (ONDCP) estimó que los estadounidenses destinan 27.000 millones de dólares a comprar heroína cada año. Kilo por kilo, es la droga más cara del planeta. Un gramo puro pueden alcanzar en la calle hasta 465 dólares.
En 2003, el 90% de toda la heroína decomisada venía de Colombia.
Para 2012, esa cifra ya era del 55%. Para 2015, se cree que ya es el
50%, lo que deja el resto a la producida en México. "He escuchado a
mucha gente decir que la heroína regresó. Más bien creo que nunca se
fue", dijo el agente Wichern. Y es que si la crisis de la heroína que hoy vive Estados Unidos tiene un epicentro: Chicago.
La ciudad de los vientos vive la peor epidemia de sobredosis en su
historia y las organizaciones mexicanas han ayudado en buena medida a su
expansión.
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