domingo, 12 de abril de 2015

SIN GANAS DE CASARSE

Lo cierto es que este empresario jubilado vive por y para las relaciones sentimentales, como un auténtico adolescente. Y cuenta que sigue "enamorado" de Pilar, la novia que tuvo antes de la agente inmobiliaria. "Me ha calado, sigo totalmente enamorado de ella", prosigue, "pero ella quiere casarse y a mí todavía no me apetece".
Cuando se le plantea que a sus 95 años quizás no debería esperar para pasar por la vicaría, se echa a reír. "Mira, con Pilar vamos y venimos, nos vemos muy a menudo y siempre acabamos en la cama, sin pijama, pero yo no me quiero casar. Tienes que saber una cosa: cuando una mujer se interesa por un viejo como yo, es sólo por el dinero. Porque yo seré un viejo, pero ¡mi dinero es joven! Y yo a Pilar la he dejado millonaria, le he comprado un chalé en Arenys de Mar, de donde es ella, y un piso en la calle Valencia de Barcelona. Claro, como ya tiene dinero, pues ahora se hace la remolona", sentencia el ex empresario. 

Yúfera habla de su ex novia, Pilar, casi en cada frase. La conoció hace unos años, tras haber enviudado, y espera poder volver a ser su novio. "Es que a sus 58 años tiene un cuerpazo... No he visto nada igual en mi vida". En un momento dado, Yúfera detiene sus palabras y pregunta: "¿Tú sabes bien quién soy yo? Fui un tío muy importante en mi época". Es cierto. Y aún continúa siéndolo. Justo Yúfera Cerdán fundó en 1942 la empresa Servicio de Envíos Urgentes, matriz de Seur. Nacido en Barcelona en 1920 en una familia de emigrantes murcianos, emigró a Francia a los 8 años, tal y como recoge el libro Seur, 70 años de entrega, editado por la misma empresa. Yúfera estudió en Francia hasta los 13, momento en el que empezó a trabajar como ayudante de pastelero y en la peluquería de su madre. Con 17 años emigró a Camerún, donde vivió hasta los 20. Después decidió volver a su Barcelona natal.  

En 1942 empezó a gestar la idea de montar una empresa de envíos. A los 27 hizo el servicio militar en Guinea Ecuatorial, entonces colonia española, y allí conoció a Jorge Fernández, quien, de vuelta a España se convertiría en su socio. La matriz de Seur enviaba en tren unos tres o cuatro paquetes al día desde Barcelona a Madrid y viceversa, lo que no terminaba de satisfacer las aspiraciones de Yúfera, quien, ya casado con María Recuenco, y con dos hijos Carlos, nacido en 1945 (murió hace unos años), y Leonor, en 1950, decidió emigrar con toda la familia a Guinea Ecuatorial. Fueron 10 años muy duros, en los que la salud de María se vio afectada por la dureza del clima africano, por lo que la familia decidió volver, instalarse esta vez en Madrid, y dar el impulso definitivo que necesitaba la empresa para convertirse en un referente. Fue entonces cuando nació Seur.

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