El pasado seis de agosto la nave Rosetta entró en la órbita del
cometa, situándose a 100 kilómetros de su núcleo. Actualmente le
acompaña en su viaje hacia el Sol para ser testigo de cómo estos cuerpos
se transforman cuando se aproximan al astro rey y de cómo evoluciona su
coma. Esto se traduce en la ferviente actividad que reflejan las nuevas fotografías ofrecidas por la Agencia Espacial Europea.
El periplo del cometa también podría aumentar las posibilidades de que Philae 'resucite' de su hibernación
gracias a la luz solar que podría recargar sus baterías. Sin embargo,
los científicos de la ESA ya esperaban recuperar la sonda en marzo, por
lo que cada vez es más difícil que finalmente lo consigan.
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